la realidad carece de sentido, si la miro bien, directamente a los ojos,
veo el vacío.
la torta claramente está mal repartida, el pedazo más grande y sabroso se lo comen las élites.
la vida se está componiendo de fragmentos de sentido, de sentir la vida, acurrucarla e identificarme con ella, mientras que la mayor parte del tiempo, el sinsentido se apodera de mi vida, no la siento tampoco. el sinsentido se lo lleva un sistema de ideal de vida impuesto y descomunal, propone religiones, modelo económico, correcto pensamiento, casas, autos, familia y belleza al por mayor. luce tan atractivo e indispensable, que dificilmente se puede decir no.
no es que mi vida sea mala, no se trata de eso, sino que siendo la vida aún superior a todo, no la veo directamente a los ojos sólo hasta cuando tengo el tiempo para disfrutarla. tiempo sin distractores ni decoraciones banales.
desde que el poseer cosas y ser algo más se convirtió en el artilugio de un sistema ególatra, las personas vulnerables y conquistables nos tornamos tan vacíos, que una fiesta o salida de fin de semana logra apaciguar un poco al demonio.
no debería ser sólo en ocasiones, sino siempre, porque la vida es poderosa, tiene todo lo necesario, pero no se ve detrás de tanto lujo y belleza pasajera.
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