cuento de perros...

En algún minuto de nuestra tierna niñez y de la posterior torpe e inocente adolescencia, por aquellos días cuando no entendíamos de qué se trataba, ni nos creíamos a nosotros mismos, cuando no sabíamos hacia dónde iba la micro, qué tiempos!

qué tiempos! de los que sé que por medio de dulces melodías y de nuestros sueños despiertos en cuyos depositos cabía la intensidad absoluta,
entre sueños oscuros, tardes lluviozas, calores infatigables, noches y mañanas colapsadas,
sé que soñamos con sentir lo que sentimos cuando dormimos,

un poco de haber sido algo similares... de tan tiernos y lindos los perritos guardan lo mejor para el final, el hueso escondido bajo tierra, con el olor a punto de explotar para que su único dueño sorbetee hasta comerle el alma como dijo Violeta,
con el tiempo madura y se hace presente, imposible silenciarlo, si ha sido añorado desde los pistilos de las calas de los 8 años

esperaba y ya está entre mis patas
para tragarme todo de él
como ha de ser cuando se sueña se cae y se encuentra
el mejor hueso