Nunca dejamos de ver a quienes queremos, (ni a quienes no queremos tanto)...
los volvemos a ver en nuestros recuerdos.
los sentimos pero sin los sentidos, siendo esa la mayor evidencia de que que el amor es trascendentemente trascendental para la vida.
El amor es tan grande que cruza tiempo y espacio para quedarse hasta que la memoria muera.
Pero es tan grande el amor, que muchas veces ni la memoria lo mata,
el amor es la principal máquina de esperanza de los hombres,
el amor a todo lo que somos y tenemos,
no lo material sino el consuelo del amor a nuestros amados,
a la naturaleza del ser humano,
el amor no parte en dos ni parte a un lugar nuevo,
sino que une todo lo que está inconcluso,
deja nacer vidas y más amor,
hay personas para siempre,
inolvidables, irremplazables y únicas
y ellas jamás nos dejan solos,
nos dejan amor y enseñanzas
con cariño para los que se van a dormir,
en especial al tío laureano que fue más dulce que un algodón de azúcar y ni siquiera fuimos sus sobrinos sanguíneos, el amor no tiene límites y eso es esperanza, siempre lo vamos a amar mucho porque dejó su marca en nosotros, tuvimos la suerte de tenerlo cerca, al igual que todos nuestros queridos tíos cauqueninos , papás y amigos por allá en los recuerdos inolvidables...
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