martes, 25 de mayo de 2010
como testa mento
Así como están las cosas, cuesta ser libre. No es chiste cuando dicen que cuesta tanto lograr ser independiente, porque cada día dependemos de más cosas, en cuanto las dejamos entrar a nuestras vidas, tal como vampiros nos van chupando con hipnóticos sedantes. Me duele la cabeza cuando me presionan, no es que no quiera aprender ni dar lo mejor de mí, pues tengo toda la intención de hacerlo, pero la forma en que la piden me es incolora, indiferente, aburrida y simplista. Creo tanto en fuerzas superiores, como no creo en el sistema de la vida moderna, esta que nos exige más y más de cementos que de hojas amarillas en otoño. Lo tengo claro, es cosa de ver nuestra preciosa naturaleza como llora y se pone más triste de que no tenemos tiempo de admirarla, de cuidarla, de conectarnos a ella como nos conectamos a la tecnología… siento tristeza cuando veo que no puedo ser campesina, labrar mi tierra y plantar un tomate, verlo crecer y poner mi orgullo en él, en su sabor dulce y sabroso, ¿por qué? porque sería roto, sería poco emprendedor, sería descabellado mirar hacia otro horizonte que no sea el que eligen exitosos y bien remunerados trabajos. En el amor a la creación que sé que un Dios nos regaló. Tengo suerte sí, porque fui criada a la usanza natural, de recorrer paseos maravillosos en contacto sumo con la naturaleza, con el agua con el cielo y como siempre, admire las nubes hasta hoy. Recuerdo la vida adentro mío, en las muertes y nacimientos en mi familia, sentir por primera vez en mis brazos a un niño salido de mi hermana mayor, contemplar su vida, me lleno de alegría y emoción, claro, una muestra de que vivo para emocionarme con cada cosa que ocurre bajos mis narices. Tan poco sé de ello, tan poco sé de cómo funciona el universo, que más me apego a él, por querer adentrarme, que me tome y me lleve felizmente a la suerte de lo que sea. He vivido poco, he sido una niña mucho tiempo y ahora de a poco me he vuelto más fuerte para decidir y amar lo que tengo. Me da miedo estar equivocada, pero tengo esperanza, muy firme esperanza, de que así como va todo, no está bien, y que amar es la vía, amar la vida que tengo y las decoraciones en ella. He avanzado, recuerdo mis ideales de niña, no muy diferentes a los de ahora, recuerdo a los de la adolescencia, más perdidos buscando estos de hoy… recuerdo mi tiempo de “solitude”, y que en ese tiempo estaba más triste porque no tenía cariño directo, sufrir es bueno para apreciar lo que somos, lo que tenemos, lo que queremos y lo que no olvidamos.
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ame la sinceridad.
ResponderEliminarmuchas gracias por ser uno mas que mira hacia dentro, viendo lo malo pero mostrando la esperanza y en un momento obscuro, en el que se me olvidan las esperanzas, no todo esta perdido.